Compartimos la siguiente reflexión sobre las ciudades latinoamericanas, a propósito de los juegos olímpicos que acabaron de realizarse en Rio de Janeiro. Definitivamente, las ciudades de la región tienen unos retos muy importantes por enfrentar, tal y como lo vienen haciendo desde su origen mismo, por alcanzar una sociedad en donde haya igualdad de oportunidades, y que ese sea el eje estructurante de una ciudad sostenible e inteligente.
Enlace de la nota:
http://blogs.iadb.org/Ideasquecuentan/2016/08/29/delincuencia-desigualdad-y-las-olimpiadas-de-rio/
Antes y durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueron surgiendo dos imágenes contrastantes de la ciudad, en parte por la cobertura de la prensa extranjera. Una fue la de una ciudad glamurosa, de fanáticos acomodados, vecindarios elegantes y clubes nocturnos animados por la samba y las caipiriñas. Y la otra la de barrios marginales o favelas, con su pobreza, pandillas de drogas y asesinatos.
Claro que en las Olimpíadas de Los Ángeles en 1984 se pudo haber escrito una semblanza parecida, menos la samba y las caipiriñas, de la ciudad. O, para el caso, igual con Barcelona o Atenas, entre otras sedes recientes de las Olimpíadas. No obstante, el hecho de que al menos
14 personas murieran en balaceras relacionadas con drogas en las favelas durante las 16 jornadas de contiendas atléticas en Río ha convertido a la ciudad—la primera anfitriona latinoamericana de la magna justa deportiva—en un símbolo. Río ha venido a representar, al menos para algunos, la ineludible intersección de desigualdad, pobreza y criminalidad en las grandes metrópolis latinoamericanas.
Quizás ello no sea una sorpresa. La región de América Latina y el Caribe presenta los mayores niveles de desigualdad y los más altos índices de homicidios del mundo. Puede que Río, donde 1,5 millones de personas, o casi una cuarta parte de la población, vive en favelas, tenga un problema de drogas y pandillas. Pero la ciudad es una entre muchas de la región donde la desesperación por la carencia de agua potable, alcantarillas y demás servicios urbanos básicos funcionales, así como la falta de oportunidades de empleo, ofrece un terreno fértil para que las pandillas engrosen sus filas y cunda la anarquía. (seguir leyendo en: http://blogs.iadb.org/Ideasquecuentan/2016/08/29/delincuencia-desigualdad-y-las-olimpiadas-de-rio/).
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